Cómo hablar sobre el dolor

Volvamos a la pregunta inicial del médico: «¿Puede decirme cómo es su dolor

Para responder a esto, puede ser útil llevar un «diario del dolor»

(¡y su médico puede pedirle que lo haga también!)
Un diario del dolor es una nota diaria de:

  • qué dolor tuvo en un día específico, si lo hubo;
  • cuánto tiempo duró el dolor;
  • si el dolor (o diferentes tipos de dolor) apareció y desapareció durante el día y la noche o fue constante;
  • si siente que algo en particular causó ese dolor (desde actividades, esfuerzo físico que hizo hasta cómo durmió o qué comió, si estuvo bajo estrés)
  • cómo te hace sentir;
  • También es importante evaluar la intensidad del dolor en una escala del 1 al 10: de 1 si es leve, hasta 10 cuando es insoportable. Todos tendrán diferentes umbrales, por lo que es realmente importante medir su dolor contra su experiencia pasada.

Hay aplicaciones de seguimiento del dolor disponibles que pueden ayudarlo a mantener un diario constante.

Es bueno pensar en las palabras que podría usar para describir su dolor antes de la cita con el médico. Las palabras útiles para describir el dolor que podría considerar podrían ser:

  • apuñalar
  • Calambres
  • hormigueo
  • dolor punzante
  • Arde
  • dolor insoportable.
  • dolor sordo
  • entumecimiento
  • dolor constante o intermitente o desencadenado por movimientos o condiciones particulares.

Cuando hable con su médico, tómese su tiempo para explicar el dolor que siente y considere lo que ha escrito en su diario. Los médicos, para ayudarlo a encontrar la mejor solución lo más rápido posible, solo tienen su información disponible.

El médico puede solicitar exámenes en profundidad, radiográficos o de laboratorio.

Luego, una vez que su médico tenga toda la información necesaria, podrá idearle un plan de tratamiento que se dirija a la raíz de su dolor, controlando el dolor, por ejemplo, con analgésicos o mediante métodos como el ejercicio o la fisioterapia.

Recuerde, encontrar la mejor manera de describir el dolor le ayuda a recuperar el control de su cuerpo. Esencialmente, una vez que esté bajo control y tenga un plan de tratamiento, puede comenzar a pensar en algo más que el dolor y puede volver a sentir la alegría de moverse.